El mensaje del post anterior representa, según mi modo de pensar, una prueba concreta de las posibilidades de comunicación extraterrestre. Sin embargo no quiero dejar pasar por alto el presupuesto básico de este mensaje: las matemáticas son universales.
Entendido esto, pasamos a descifrar el mensaje como lo haría un criptógrafo de nuestro tiempo. En primer lugar, nuestro criptógrafo intentaría encontrar alguna regularidad en la secuencia de unos y ceros.
Esto es muy fácil, hoy en día, con la ayuda de computadoras. Sin embargo, en nuestro caso, esto no lo conduciría a resultados positivos porque nuestro mensaje no esta formado por palabras codificadas.
Difícilmente un extraterrestre trataría de comunicarse con nosotros utilizando su idioma.
Así que nuestro criptógrafo, convencido de que esto es así, se lanza una vez más a descifrar nuestro mensaje.
El piensa que esos 1271 ceros y unos transportan algún tipo de información, pero por el momento no sabe cual. De repente toma conciencia que esta tratando con números.
Y del mismo modo que Gauss estaba convencido que los seres de otro planeta debían conocer el teorema de Pitágoras, nuestro criptógrafo hace la siguiente suposición: seguramente para poder enviar este mensaje desde tan lejos estos seres necesitaron fabricar previamente un radiotelescopio, y esto implica altos conocimientos en algebra y geometría. Por lo tanto, estos seres deberían conocer la verdad universal que llamamos teorema fundamental de la aritmética.
Si esto es así el numero 1271 debería estar definido inequívocamente por dos o mas números primos. Pero ¿por cuantos?
Gracias a su experiencia descubre rápidamente que 1271 es igual al producto de los números primos 31 y 41 y como si estuviera poseído por estos dispone los unos y ceros en una tabla de 31 columnas y 41 filas.
En este primer intento falla pero esto no lo perturba porque sabe, y esto lo aprendió desde muy chico, que el orden de los factores no altera el producto. Solo queda disponer los ceros y unos en una tabla de 41 columnas y 31 filas y ver que pasa.
Lo hace así y el resultado es la imagen del video donde los unos se muestran con el símbolo 1 y los ceros con las casillas vacías.
A primera vista los 1271 ceros y unos (1271bits) parecen encerrar una asombrosa información.
Sin duda, las imágenes de seres parecidos a nosotros parece ser una invitación para seguir descifrando el mensaje.
Pero ya son las 2 de la mañana y solo hay tiempo para contemplar las estrellas y pensar en aquellos, que desde tan lejos, tuvieron la necesidad de tirar esa especie de botella al infinito oleaje del Universo para decir aquí estamos. ¿Cómo dormir ahora si podemos conocer más sobre ellos? Vuelve entonces a su escritorio y continua mas eufórico que antes (¡solo es por el café mal pensados!).
A poco de empezar advierte unos símbolos a la izquierda de la figura masculina (suposición gratuita ya que no conoce nada de la biología extraterrestre). ¿Representan esos símbolos a los números binarios?
En un momento de inspiración (sino no termino más) se acuerda que la primera línea del mensaje comenzaba y terminaba con un punto.
Si bien estos puntos no decían en que sentido había que leer el mensaje, sin dudas cumplían la función de delimitadores. Y seguramente no eran los únicos. Era hora entonces de ejercitar el pensamiento lateral. A ver, tenemos algo parecido a un sol en el extremo superior izquierdo, olas que empiezan en el tercer punto debajo del sol (mas algo que parece un pez) y la mano de la figura masculina señalando el cuarto punto. Si esos puntos representan a los planetas de su sistema solar, la posición de cada uno de ellos podría estar representada en forma de número binario. Es una buena ocurrencia pero hay que probarlo. Así que construye la siguiente tabla.
A la mañana siguiente decide hacerle caso a una idea loca que no sabe de donde le vino.
Perdido por perdido voltea la imagen horizontalmente en su computadora y vuelve de nuevo sobre aquellos símbolos. Otra vez hay que reconstruir la tabla.
¡Eureka! Hemos aprendido como leer el mensaje.
Ahora vamos por más. El mensaje parece decirnos que existe vida en el tercer y en el cuarto planeta. Pero, ¿quién envió este mensaje? ¿El pez o las figuras antropomorfas? Seguramente poco a poco lo iremos develando. Por ahora seguimos buscando más información.
La forma de vida del cuarto planeta es bípeda y parece reproducirse por vía sexual ya que se observa un dimorfismo en estos seres. Uno de ellos (¿mujer?) señala al numero binario 110 tratando de decirnos quizás que tienen 6 dedos en cada mano. Algo parecido a un corchete del lado de la mujer parece querer indicarnos la altura de estos seres. Si nos fijamos atentamente podemos encontrar el numero binario 11 a la mitad del corchete. Pero, ¿a que unidad se refiere el 11?
La única unidad que por el momento conocemos nosotros y ellos es la frecuencia de onda del hidrogeno en la que fue enviado el mensaje (1420 MHz o 21 cm). Por lo tanto, un simple cálculo arroja una altura de 2.31 m, es decir que estos seres, son bastante mas altos que nosotros.
Por último, uno de los brazos de la figura masculina señala el cuarto planeta, con lo que probablemente quiere indicarnos que este es su planeta de origen. Si quedaba alguna duda, este último dato revela sin lugar a dudas que los autores del mensaje deben ser las figuras antropomorfas. Ahora sí podemos sacar una conclusión más: estos seres poseen además la tecnología espacial necesaria para viajar al tercer planeta y estudiar su fauna.
Solo nos resta saber que representan las figuras en la parte superior del mensaje. Estas figuras parecen ser una colección de partículas y pueden entenderse sin mucha dificultad como representaciones de los átomos de hidrogeno, carbono y oxigeno.
Sabemos, por otro lado, que el 96 % del organismo de los seres vivos de nuestro planeta esta constituido por estos tres elementos. Sin embargo falta uno muy importante: el nitrógeno. Sin este elemento es impensable la vida tal como la conocemos.
Si la omisión es intencional, probablemente lo sea para que nosotros enviemos la corrección correspondiente y le hagamos saber así que hemos aprendido nuestra segunda lección de comunicación.